La evolución de la tecnología genera oportunidades para las empresas y los sindicatos no están exentos de tener que actualizarse o aggiornarse tecnológicamente para enfrentar a los nuevos desafíos.
Indudablemente las demandas de los afiliados, empleadores y usuarios son cada vez mayores y empujan a evolucionar e innovar con nuevas propuestas, actualizar procesos de trabajo y proponer herramientas que generen valor agregado.

Si se piensa en tecnología dentro de un sindicato hay que suponer que se utilizan herramientas como planillas de cálculo o algún programa que permita almacenar información en una computadora o más aún, algún  sistema web probablemente de mucha utilidad y que todavía están siendo utilizados pero con una tecnología anticuada que impide evolucionar. Las exigencias actuales los han dejado obsoletos o no son suficientes las funciones que ofrecen para estar a la altura de los requerimientos y necesidades actuales.

La transformación digital es la forma de integrar la tecnología en las áreas críticas del sindicato, con un cambio cultural que implique la  adaptación a las nuevas forma de operar y optimizar los procesos de trabajo con el fin de beneficiar a los usuarios con las mejores experiencias.

Es necesario considerar para afrontar estos desafíos el punto de partida, para ello debemos conocer nuestras debilidades y falencias en los procesos y sistemas existentes. La idea es ser crítico en la forma de operar y pensar en que lo que se detecte seguramente incluye una mejora posible.

Y surgen varios cuestionamientos para plantearse:¿El sistema actual cumple con los requerimientos que necesita el sindicato en el día a día?; ¿El sistema es moderno y escalable, o todavía opera en una computadora especifica?; ¿Estoy teniendo resguardo o backup de la información en forma adecuada?; ¿que ocurriría en el caso de que se pierda la información?; ¿Mi sistema permite acceder con seguridad para trabajar en forma remota a los usuarios del sindicato?; ¿Mi proveedor de tecnología me da las respuestas que necesito en tiempo y forma?, y muchos otros más.
Una vez conocida la situación actual de sus procesos y sistemas debe definirse las prioridades, analizar los procesos que considere darle preferencia ya sea por la gestión o el impacto que estos puedan tener en los afiliados y/o usuarios.

Hay que tener en cuenta que la transformación digital no solo se trata de actualizar un software antiguo u obsoleto, sino que implica implementar herramientas de software superadoras que le permitan ser más eficientes y tener información en tiempo real para tomar decisiones.

Por ejemplo podemos agilizar el proceso de afiliación, brindar mayores servicios de autogestión a los afiliados, darles una credencial digital con app, conocer toda la información histórica del titular y su grupo familiar, optimizar el gasto en la entrega de beneficios y/o subsidios, controlar los aportes de los afiliados, reducir el plazo de cobro a las empresas, bajar la morosidad y aumentar la recaudación, entre muchos otros.

Es importante que al elegir a su proveedor para llevar a cabo la transformación digital este tenga experiencia, trayectoria y reputación en sistemas específicos para sindicatos, ya que su software y metodologías han sido probadas y aplicadas, lo que nos garantizará y minimizará los riesgos en nuestra implementación. Un detalle no menor a tener en cuenta es contar con el soporte postventa una vez implementado el sistema.

Dentro del plan a desarrollar resulta vital involucrar a los usuarios, interaccionar y no darles las noticias cuando el proyecto está consumado. Siempre será conveniente involucrarlos, aprender y capitalizar sus experiencias, sus ideas y aportes.

Los cambios y las situaciones nuevas generan miedos y preocupaciones comprensibles. Las implementaciones llevan su tiempo para poder asimilarlas, porque significa salir de la zona de confort por la que transitan empresas, sindicatos y usuarios. Pero en estas épocas de transformaciones tecnológicas permanentes y urgencias digitales, en las que el valor del tiempo no tiene precio, quedarse en el pasado puede transformarse en el peor de los pecados. 

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